domingo, 22 de julio de 2012

ANTARQUI EL MISTERIOSO CHAMÁN INCAICO



ANTARQUI: EL MISTERIOSO NIGROMÁNTICO

QUE “VOLABA POR LOS AIRES”

Gustavo Flores Quelopana
Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía


A Wally Blauw, cultivadora de la medicina mental;
Y a Sil Cari cuya profundidad va hacia lo espiritual.

ANTARQUI, según cuenta el relato recopilado por el cronista español Pedro Sarmiento de Gamboa y probablemente traducida por Gonzalo Gómez Jiménez en 1572, era un hombre que traía consigo en sus conquistas el determinado y decidido Túpac Inca Yupanqui y su peculiaridad es que estaba dotado de extraordinarios poderes que hoy llamamos psíquicos..

Túpac Yupanqui, hijo del Inca Pachacútec, nace en 1440 d.C. (en lo que sigue me ciño en las fechas a la obra del renombrado historiador peruano José del Busto Duthurburu, Historia cronológica del Perú, Lima 2006) y sería el décimo inca y segundo emperador del Tahuantinsuyo. Desde 1450 cogobierna con su padre Pachacútec, pues según Sarmiento de Gamboa éste era el hijo mayor de éste. Siendo el príncipe heredero educado secretamente en la Casa del Sol comanda en 1461, a los 21 años, la primera campaña al Chinchaysuyo y gana el reino de Chachapoyas. A su retorno al Cusco su padre, que ya era muy viejo, instaura el  Inti Raimi o Fiesta del Sol. Al año siguiente, en 1462, emprende su segunda campaña al Chinchaysuyo y conquista el reino de Quito. Y es aquí cuando aparece en escena el gran nigromante Antarqui al cual consultará si debe ir tras las desconocidas “Islas del Poniente”.

No hay que omitir que, por lo demás, el Inca Túpac Yupanqui fue un gran guerrero conquistador que derrotó al rebelde Chimo Cápac del rico imperio Chimú con su capital Chan Chan (1466), a la cual rindió secando el río Moche, llega al Antisuyo, ocupa el trono tras la muerte de su padre en 1471, se la emprende en el Collasuyo llegando hasta Pucara en 1474, luego va hasta el Contisuyo y conquista los señoríos de Nasca, Ica, Pisco, Chincha, Cañete y Lunahuaná (1478). Indómito e invencible llega en 1479 hasta Cochabamba, la actual Bolivia, y se desplaza hasta Tucumán, en la Argentina. Bajo su gobierno se termina la admirable y ciclópea fortaleza de Sacsayhuamán en 1483, para morir en 1485 dejando como heredero a su hijo Huaina Cápac, que entonces contaba tan sólo con 21 años de edad.

Volviendo al misterioso personaje ANTARQUI se consigna que “era un gran nigromántico, tanto que volaba por los aires”, quien al ser indagado por el Inca, que andaba conquistando la costa de Manta y la isla de Puná y Tumbes, si era verdad lo que los mercaderes marinos contaban sobre unas islas muy ricas llamadas Hauachumpi y Ninachumpi. Este viaje ha sido detalladamente investigado por el mismo Del Busto Duthurburu en su obra Túpac Yupanqui Descubridor de la Oceanía (2006). Aquí no vamos a discutir si eran unas islas de la Polinesia, que según la teoría de Del Busto eran Rapa Nui y Mangareva, sobre la base de una leyenda que existe en el lugar y en las islas Marquesas que cuenta sobre un gran rey Tupa que llegó con balsas, trayendo orfebrería, cerámica y textilería; y en contrapartida él trajo mucho oro, gente negra, una silla de latón y una quijada de caballo que fueron guardados como trofeos en el Cuzco. Hipótesis que puede ser apoyada por la travesía del Kontiki, nombre en honor al dios inca Wiracocha, que hizo el explorador noruego Thor Heyerdahl
Pues bien, el Inca antes de ordenar el alistamiento de una gran flota, que estaría después compuesta de 20 mil expedicionarios y cuya travesía duró largos nueve meses –otros dicen dos años-, tanto que muchos lo dieron por muerto, consultó al misterioso mago o brujo llamado ANTARQUI si era verdad lo que contaban dichos comerciantes marinos de Tumbes. Aunque la versión de Del Busto dice que ANTARQUI era un mercader, yo sigo aquí la traducción hecha por Gonzalo Gómez Jiménez en 1572 que lo consigna como nigromante. Por lo demás, dicha traducción parece ser más verosímil y fiel al contexto religioso y agorero de los incas.
¿Quién era ese misterioso personaje y de dónde venía? ¿Existen evidencias sobre “vuelos en el aire” que se haga por medios alucinógenos o por medios sobrenaturales? ¿Es mera ficción este relato y propio de mentes supersticiosas e idolátricas o por el contrario existen indicios para atribuirle verosimilitud? Estas son las preguntas que nos sobrevienen y que tienen relieve propio por cuanto permiten comprender la naturaleza de las ideas en un mundo dominado por el visionarismo religioso y lo sobrenatural.
Existe un libro que estudia las profecías y portentos en vísperas de la conquista, me refiero a Ideas y presagios del descubrimiento de América (FCE, 1991) y cuyo compilador es Leopoldo Zea. En nuestro caso el Inca no pide al nigromante ANTARQUI mirar al futuro (parusía), ni ver el pasado (profecía), sino ver el presente (clarividencia) para confirmar la existencia de dichas islas y si vale la pena emprender el viaje. Dice la leyenda que por sus artes Antarqui tanteó el camino y vio las islas, gente y riquezas de ellas, y retornando con certeza dijo a Túpac Inca que todo era verdad.
¿Es esto posible? En primer lugar, Antarqui puede ser asociado etimológicamente con la palabra quechua Antisuyo o punto cardinal que señala el Este, en el caso del Perú se refiere a la gente de la selva amazónica, lugar famoso por sus poderosos chamanes y uso de vigorosas plantas alucinógenas, la ayahuasca entre las más célebres. Por tanto, Antarqui pudo ser un nombre que relacionaba al nigromante con su lugar de origen, a saber, la selva amazónica. Si estamos en lo cierto, entonces lo más seguro era que utilizara yerbas alucinógenas para provocar estados alterados de conciencia.
En segundo lugar, el antropólogo suizo Jeremy Narby, que vivió dos años con el pueblo amazónico Asháninka, escribió La Serpiente cósmica, el ADN y los orígenes del saber (1998), en la cual expone su teoría de que los chamanes en un estado de conciencia alterada llegan a nivel molecular, donde hallan a las “esencias animadas” que comunican la sabiduría sobre cualquier tema y área.
Diríamos que el alucinógeno actúa como el principio activo de la experiencia límite de la conciencia, que permite liberar a la mente de las ataduras de la materia, favoreciendo el encuentro humano con la verdad del inconsciente, inconsciente que rebasa lo cognitivo racional, logra alcanzar estructuras del lenguaje simbólico, en una actitud de escucha del lenguaje metafórico del ser. Es una actitud de escucha de la palabra del ser, lejos de cualquier actitud de dominio y objetivación manipuladora humana.
Esto guarda su parecido a lo que pedía Lacan al demandar volver a Freud y al enfrentarse con los neofreudianos que han olvidado el escuchar y la palabra buscando recuperar el lenguaje del inconsciente, tratando al hombre mediante lo simbólico, muy parecido a lo que hace el chamán y a lo que hizo el nigromante ANTARQUI, golpeando el narcisismo humano en la ilusión de su autonomía recupera lo subjetivo que está unido en un vínculo holístico con el todo del ser, casi exactamente como lo están las partículas subatómicas en su comunicación instantánea.
Es decir, todo acontece como si más allá de la objetividad empírica se actuase bajo las reglas de lógicas inconsistentes, que suprimen la contradicción, logra la armonía de los contrarios, va más allá del principio de identidad, sobretodo en un escuchar y captar la esencialidad ideal y animada del mundo, que no ocupa el lugar de Dios pero permite comprender algo de su misterio y grandeza. A esto lo hemos llamado “filosofar mitocrático” en contraposición al filosofar conceptolátrico que predominará en occidente desde Parménides y Aristóteles.
Lo real es el sinsentido, como gustaba destacar a Bataille, o el sentido no da cuenta totalmente del ser. Lo cual permitió a los posestructuralistas como Foucault, Deleuze y Derrida hablar de una dialéctica de la transgresión del límite, donde el sentido de las cosas y del sujeto está más allá de lo cognitivo objetivo y racional, para hundir sus raíces en la diferencia de la identidad. No en otro sentido habló Julia Kristeva cuando dijo que el lenguaje poético favorece la irrupción de la pulsión con coherencia (fuerza irreprimible del deseo) en el orden de lo simbólico.
Efectivamente, todo esto puede parecer ridículo y asombroso pero resulta siendo no menos sorprendente y bufo que el experimento cuántico de Aspect, que cuestiona la naturaleza de la realidad porque las partículas subatómicas, como los electrones, se comunican instantáneamente con independencia de la distancia que las separa. Este fenómeno viola la teoría de Einstein que excluye las comunicaciones más veloces a la luz. De manera similar, la teoría de la serpiente cósmica y el ADN de Jeremy Narby también violan las leyes causales del macromundo, pero no por ello resulta siendo una hipótesis menos interesante y hasta probable.
Se dice que el fraile medieval San Cupertino tenía el don de la levitación hasta tal grado que tenía que ser llevado en las procesiones arrastrado por una cuerda mientras flotaba por el aire. No se conocen casos de levitación prolongada y menos aun viajes por su intermedio. Por eso es sensato descartar la levitación para Antarqui. En cambio, abundan los testimonios de viajes astrales o espirituales realizados por chamanes o nigromantes con diversos fines.
Esto se conoce también como meditación trascendental dentro de las tradiciones religiosas orientales, como la meditación mantra del hinduismo, la meditación del loto de los mil pétalos del budismo, la meditación por contemplación del budismo zen, la meditación por respiración del yoga, la meditación mediante la danza giratoria del sufismo, las percepciones extrasensoriales, las percepciones no estructuradas como las del Maestro Eckhardt o Teilhard de Chardin. La religión cristiana también tiene casos de meditación mística (como la de San Felipe Nieri, entre otros).
No sabemos con exactitud qué “artes” empleó el nigromante ANTARQUI, y quizá nunca se sepa con certeza, pero al parecer está relacionada con un tipo de meditación vinculada a la ingesta de algún alucinógeno nativo. Por lo demás, se trataba de una práctica sagrada muy extendida en el mundo americano precolombino. La meditación por alucinógenos es otro tipo básico de meditación mística, con efectos psicológicos y fisiológicos propios. Según los especialistas la meditación acontece en un punto en que converge la mente y el espíritu.
Al parecer existiría en el sujeto humano una energía profunda compleja y desconocida que va más allá del pensamiento normal y natural. Calvino habló de un sentido de lo divino, Schleiermacher habla del mysterium tremendum y  Rudolf Otto habló de lo numinoso que está más allá de la razón. El artista, el músico y el poeta experimentan también fenómenos místicos y cuya expresión en formas, colores, sonidos y palabras apagan su reproducción más fidedigna. Será por eso que el místico meditativo se impregna de silencio, como forma privilegiada de comunicación llena de significado. San Juan de la Cruz escribió: “En silencio ha de ser oída el alma”.
En el mismo sentido se expresa Eckhardt: “Para que Dios pueda entrar en ti, deben salir de ti tres cosas: el tiempo, la corporalidad y la multiplicidad”. E insistía que no hay mayor obstáculo para llegar a Dios que el tiempo. Los sufís también insisten en que “Pasado y futuro ocultan a Dios, quémalos en el fuego”. Y el Dhammapada dice: “Es la mente lo que da a las cosas su realidad. Quien obra con mente impura, el pesar le sigue”. Por su parte la Theologiae Germania reza: “Nada arde en el infierno, sino el Yo”. Ahora se entiende lo que decía San Francisco de sales: “Dios no te priva de su amor, tú le privas de su cooperación”. Razón tuvo Fenelón al escribir: “A medida que la luz aumenta, vemos que somos peores de lo que pensábamos”. Y no menos razón tiene Chuang Tsé al decir. “El necio es seguro porque se cree sabio”. Y todo esto se relaciona con lo subrayado por el sacerdote español Miguel de Molinos, quien siempre estuvo interesado en la paz interior por medio de la oración pasiva: “Hay tres grados de silencio: silencio de la boca, silencio de la mente y silencio de la voluntad”.
Por lo cual se puede ver que se trata no de un camino intelectivo, ni emocional, ni volitivo, sino corporal-extrasensorial. Lo cual nos lleva hacia la pregunta por qué el hombre medita, haciéndolo con mayor intensidad en las culturas ancestrales. Todas las indagaciones mítico-religiosas llevan hacia el mismo punto, a saber, porque se busca el conocimiento de una relación con el universo que hoy está perdido pero que hubo un momento en que fue natural para el hombre (¿adánico, original, etc.?).
Todo esto nos lleva a afirmar que la historia sobre el nigromante Antarqui no es un “invento mágico religioso” con fines político-ideológicos, sino que, por el contrario y lejos del reduccionismo sociologista y cientista, se trata de una manifestación espiritual y sobrenatural legítima propia de un mundo cultural sacralizado hasta límites de la idolatría y de una condición humana hasta hoy desconocida.
Lima, Salamanca 22 de Julio del 2012